Me gusta encender el horno cuando viene lluvia, embadurnarme de harina mientras las gotas golpean la ventana y dejar que el olor a bizcocho y a tierra mojada impregnen juntos la casa. Es una sensación que me llena de vida y de alegria.
Y es que me encantan los dulces. Disfruto tanto haciéndolos y horneándolos, como comiéndolos. Soy feliz mientras tenga mi cajita de herramientas para dulces de cocina. Descubrí el mundo de la reposteria desde muy pequeñita, y aun hoy tengo ese olor dentro de mi.
Hoy, con las sobras de un pastel, he decorado unas magdalenas de vainilla y fresa. En la próxima entrada pondré la receta del bizcocho.
Y es que me encantan los dulces. Disfruto tanto haciéndolos y horneándolos, como comiéndolos. Soy feliz mientras tenga mi cajita de herramientas para dulces de cocina. Descubrí el mundo de la reposteria desde muy pequeñita, y aun hoy tengo ese olor dentro de mi.
Hoy, con las sobras de un pastel, he decorado unas magdalenas de vainilla y fresa. En la próxima entrada pondré la receta del bizcocho.
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