Hoy os traigo un postre que he repetido dos veces en una misma semana. Y diréis, qué estupidez! Con la de opciones que hay! Pues os aseguro que no podría haber elegido mejor opción. Esta receta la encontré hace un tiempo en el libro "Objetivo:Tarta Perfecta" y es una pasada!
Cuando la probéis, querréis hacerla una y otra vez porque no os cansaréis de comerla! Está increíble, es por eso que la quiero compartir con todos vosotros y ya me contaréis que tal el resultado.
Esta receta es para un molde de unos 18 cm.
Yo hice el doble para un molde más grande.
CHEESECAKE DE OREO
Para la base:
100g galletas Oreo
25g de azúcar
50g de mantequilla derretida
Para la tarta:
300g Philadelphia (no light! marca philadelphia)
250g mascarpone
160g azúcar
1 cucharada de harina
3 huevos talla M
50ml nata montar
10 galletas Oreo
Para la decoración:
Unos 400ml de nata de montar
Oreos para decorar
Precalentar el horno a 180 grados y engrasamos el molde.
Ponemos papel de horno en la base del molde.
Para la base se trituran las Oreos hasta parecer pan rallado,
se mezcla con la mantequilla y el azúcar y se cubre toda la base presionando un
poco. Lo ponemos en la nevera mientras hacemos el relleno para que enfríe.
Batimos los dos quesos con el azúcar y la harina hasta que
la mezcla sea homogénea y luego añadimos los huevos uno a uno, esperando a que
se incorpore cada vez el anterior. Añadimos la nata y las oreos machacadas a
trocitos (no tan triturado como la base). Un truco, para que la galleta no se
hunda en el horneado, revolcar los trocitos junto a una cucharadita pequeña de
harina antes de meterlas en la masa.
Vertemos la mezcla sobre la base y horneamos, 15 min a 180ºC
y luego 60-70 min a 120ºC (depende de si doblamos el tamaño de la receta o no,
tendrá que estar más tiempo). Para que el cheesecake esté listo tenemos que
fijarnos en que los laterales estarán cuajados pero quedará el centro un poco
húmedo y movedizo. (NO TIENE que estar totalmente cuajado como un bizcocho!!)
Cuando lo sacamos del horno, lo dejaremos templar y bajará
bastante. Cuando esté a temperatura ambiente, le despegamos los laterales con
un cuchillo y a la nevera toda la noche, o un mínimo de 6 horas.
Al día siguiente montamos la nata y decoramos con las oreos
o lo que queramos. Sacar de la nevera un poco antes de servir para que coja la
temperatura ambiente.